De Aguas y Letras

Ya en el siglo XVIII existía un camino que comunicaba el Alto de Miranda con La Magdalena y que pasó a formar parte de la red de caminos creada por el mariscal don Juan de Pignatelli para defender la ciudad en caso de desembarco francés. Este camino atravesaba la finca denominada "La Alfonsina", donada por el ayuntamiento a Isabel II para que construyera en ella una residencia estival. Los azares políticos impidieron esta empresa y, poco a poco, sus antiguos dueños fueron recuperando sus terrenos. 1877 marcó otro de los hitos de esta calle, cuando comenzó a transformarse y a tomar forma de bonito paseo hasta El Sardinero. Resultó determinante el impulso del cántabro Felipe Quintana (Marqués de Robrero), que invirtió importantes cantidades de capital en esta zona, donde construyó el Balneario de la Magdalena y el Paseo Pérez Galdós con el fin de poder acceder al Palacio de la Magdalena con mayor comodidad.

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Foto: Paseo Pérez Galdós en 1885.

El paseo recibió el nombre actual en 1908. Antes, en 1871, llegaría a Santander por primera vez el escritor canario. Como, además de en verano, también se quedaba algún invierno en Santander, Galdós construyó una residencia en el nuevo paseo. El chalet recibió el nombre de "San Quintín", que además de su residencia acabó siendo centro de tertulias literarias y también un pequeño museo, ya que Galdós reunió en él los originales de sus obras, cuadros, recuerdos de su vida, y otros diversos y valiosos objetos que se hizo traer de su casa de Madrid. Así quedó para siempre su nombre unido al de la ciudad.

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Foto: Benito Pérez Galdós.

Furor inmobiliario.

Del de antes, claro. Como el que dio pie a la constitución en 1916 de una sociedad cuyo objetivo era la construcción de un gran hotel similar a los grandes hoteles europeos, el Hotel Real. Además del hotel, dicha sociedad tenía planeado la construcción de otras infraestructuras para hacer más atractivo el verano en Santander como el Hipódromo de Bellavista y el Gran Casino de El Sardinero.

Poco a poco el paseo se fue llenando de casas señoriales, como el Palacio "El Promontorio", junto al Hotel Real, que pocos años después fue comprado por Marcelino Botín, y "Quinta Maza", actualmente también propiedad de la familia Botín. La familia Ocharan construyó una bonita residencia que tenía un pequeño observatorio astronómico. Otro bonito chalet que se puede ver en este paseo es "La Casuca", de 1916.

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Foto: Hotel  Real y Palacio Promontorio a finales del siglo XIX.

 Poco a poco el paseo se fue llenando de casas señoriales, como el Palacio El Promontorio, junto al Hotel Real, que pocos años después fue comprado por Marcelino Botín, "Quinta Maza", actualmente propiedad de la Fundación Botín. La familia Ocharan también se animó construyendo una bonita residencia que tenía un pequeño observatorio astronómico. Más tarde, llegó "La Casuca", de 1916, otro bonito chalet que añadir a la guía visual de un paseo, ciertamente, incomparable.

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